miércoles, 22 de febrero de 2012

Para aprender

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martes, 14 de febrero de 2012

La ciencia y el AMOR

Como dice Dora, oír hablar de la parte "científica" del enamoramiento, hace que te desengañes acerca del tan mágico y surrealista estado de imbecilidad transitoria y otras... que no quiero ni mencionar jejejeje.


De Ana Yañez. Instituto Clínico Extremeño de Sexología (Mérida).

"Ortega y Gasset dijo que el enamoramiento es “un estado de imbecilidad transitoria” y hay quien lo explica como “un rapto momentáneo de locura”. Sea cual sea nuestra definición favorita, hay algo de verdad en ambas afirmaciones: cuando una persona se rinde ante Cupido pierde la noción del tiempo, deja de prestar atención a las actividades rutinarias o tiende a “estar en las nubes”.

¿Por qué? ¿Qué es lo que hace que nos sintamos plenos, eufóricos, llenos de energía y/o nos cambie el humor de formas tan drásticas en función de cómo nos vaya? Es obvio que nuestras expectativas, roles, normas y costumbres influyen en como lo vivimos, pero el aspecto biológico de lo que nos sucede es innegable. En buena medida, es el cóctel químico de sustancias que libera nuestro cerebro enamorado lo que provoca ese tsunami emocional.

Algunas de estas sustancias actúan como estimulantes muy potentes. Es el caso de la dopamina y la norepinefrina, que, al aumentar en cantidad, provocan que focalicemos nuestra atención en el ser amado, quien se convierte en el centro de nuestro universo. Asimismo, favorecen el recuerdo de los estímulos novedosos, por lo que le vemos como algo único y especial y analizamos en todo momento los detalles de situaciones vividas juntos, por insignificantes que sean. Otras sustancias, como la serotonina, disminuyen sus niveles, propiciando el pensamiento obsesivo, lo que nos impide pensar en otra cosa que no sea él o ella.

Hay más, la estimulación provocada por este cóctel químico nos motiva a alcanzar nuestro objetivo: la persona amada. Así, si lo consideramos necesario, somos capaces de cambiar rutinas y comportamientos para agradarle. Esta motivación también nos permite seguir ante los obstáculos que puedan surgir. Es lo que se conoce como efecto Romeo y Julieta. Las emociones se intensifican al percibir la adversidad porque se dispara aún más la liberación de dopamina. Este empeño en conseguirle sucumbirá si nos damos cuenta de su imposibilidad y cuando esto ocurre aparece la tristeza y el abatimiento, y la resignación será más o menos sufrida dependiendo de las valoraciones, los recursos y la manera de afrontar de cada uno.

Afortunadamente, la fase del enamoramiento es relativamente corta y, una vez pasada, el cuerpo y la mente se recuperan. Si durara más, no tendríamos suficiente energía ni atención para funcionar en otras áreas importantes de nuestra vida como el trabajo o el cuidado de los hijos. La obsesión por el ser amado, ese analizar todo lo que hace hasta el último detalle y el hecho de que cualquier muestra de desatención genera en nosotros inseguridades, podrían incluso llegar a convertirse en celos. En definitiva, alargar esta situación y vivir “obsesionado” por la existencia de la otra persona desembocaría fácilmente en una patología.

Por ello, una vez pasada esta “locura” o “imbecilidad” transitoria, el cuerpo y la mente se recuperan (podríamos decir que es necesario para nuestra supervivencia) y, si queremos formar una unión emocional duradera, dejamos paso al complejo sentimiento del amor. Es un error creer que la pérdida de pasión y la euforia signifique que ya no queramos a la otra persona o debamos cuestionaros la relación. Hemos de tener en cuenta que los niveles de dopamina, norepinefrina y serotonina, entre otras sustancias, vuelven a sus estados normales, por lo que es lógico que disminuya el interés por el amado y que pongamos nuevamente atención en otras facetas de nuestro día a día. En el enamoramiento es fácil centrarnos en el otro, la química cerebral nos motiva a ello. Pero una vez superada esa fase, el reto consiste en no olvidar que esta pasión se ha de cultivar y trabajar, aún cuando ya no disponemos de tanta energía.

El amor, más dilatado en el tiempo, presenta diferencias en cada cultura y el modo de vivirlo y sentirlo también varía según las características de la persona. Su mayor duración se da por los afectos y el vínculo establecido con la pareja. Estos lazos pueden tener su base en la búsqueda de seguridad, la estabilidad emocional o, simplemente, por costumbre. Lo que en un principio se logró en base a unas expectativas, durará según la aportación que haga cada miembro de la pareja. Aquí juegan un importante papel el comportamiento del otro, sus atributos, nuestras necesidades, nuestro deseo, la búsqueda de compañía, la importancia social que damos a tener compañero, etc. Sea como fuere, el amor podrá surgir en todo momento en que estemos dispuestos."

¡qué maravilla! que todo se reduzca a la ciencia… jejeje, pero mira que somos tontos, y si estamos "malitos", pues toma medicina, toma ciencia y... santaspascuas.

Otro tema muy diferente, es el AMAR. ¿Que en qué consiste?????. Sencillo:

lunes, 6 de febrero de 2012

REGRESO segunda parte.

Dicen que ninguna segunda parte es buena. Pero esto no es una segunda parte, si no, la continuación del petardo que coloqué hace unos días por error y sin terminar.

Me quedé justo en que un señor se fija en MI, solo en MIIII, se que esto a muchas les escuece pero que se fastidien, ellas ya saben a quien me refiero.
Bueno al grano. Ese hombre (no le diré señor que suena a mayor de lo que era) solo quiere sexo, duro y poco puro. Cuando vas cumpliendo años yo creo que el sexo es menos puro y mas duro.
Ese hombre se acerca y me dice: "hola rubia" jajajjajaja, no en serio, fue por casualidad y tomando tranquilamente un café. Unas miradas, unas sonrisas y un acercamiento varonil, a la antigua usanza. A continuación paso a relatar lo ocurrido, solo queda decir que cualquier parecido con la realidad es pura .....¿?

"¿Puedo sentarme contigo? tienes una bonita sonrisa y me has alegrado la tarde fría y gris que tenemos.
Yo que no soy demasiado delicada, lo miro de arriba abajo y le digo.... depende y me dice .... de qué depende rubia?
Siempre he odiado que me digan rubia, pero en los labios de aquel hombre sonaba diferente, intimo y con su voz tan sensual... casi hace que tenga un orgasmo allí mismo.
La cosa pintaba bien, a mi que nunca me había pasado nada parecido, a mis cuarenta me estaban haciendo los ojos chiribitas.
Se sentó conmigo... muy juntitos. Los dos comenzamos a charlar, nada de cosas banales, tipo: que frio hace y esas cosas. Nooooo por Dios, empezamos a charlar de la infidelidad.
El estaba casado y yo también. El había sido infiel y seguía siendo infiel en pensamiento y obra, y yo solo en pensamiento (la obra no había llegado pero me daba a mi que se aproximaba).

Todo iba muy bien, muy relajados, muy tranquilos... cuando de repente veo aparecer a la que no debería haber aparecido nunca, mi amiga y socia blogera.
Me mira, lo mira, sus ojos empiezan a echar chispas y se aproxima como una leona pidiendo guerra.
"Buenassss, (dice con malévola sonrisa) que haces, tomando un café ??? puedo sentarme con "vosotros" ??? (el vosotros lo arrastró hasta el barro), por cierto, no nos presentas??? porque no conozco a este señor....."

No os cuento mas porque no quiero que lloreis pero imaginaros la situación... me chafó de una el orgasmo, las chiribitas y la libido me la dejó bajo cero. Creo que todavía no la he encontrado.

No tuvo la delicadeza de dejarnos dos minutos solos para despedirnos, no, tuvo que esperar hasta que aburrido mi señor (hombre) infiel se tuvo que marchar, no sin antes darme su número de teléfono y susurrarme al oído... llámame cuando creas que estás preparada.

Todavía estoy pensando si llamar o no. No sé si estoy preparada para ser infiel, aunque yo creo que solo sexo sin sentimiento tampoco es ser infiel. Como dice una señora que tiene unos 75 años y ha enterrado ya a tres maridos (al tercero lo enterró hace unos 6 meses y ya tiene otro novio): "mira niña, cada una con su PEPE hace lo que quiere" jajajjaja, es un poco grosero pero ella es así.

Mi amiga como os podéis imaginar no paró ni ha parado de darme la tabarra, diciendo que no se me ocurrirá, que si estoy loca, que no sé en qué pienso, que si patatín, que si patatán. Es la mojigatería personificada y sobre todo, la fidelidad llevada a extremos máximos. Quizá no sea la fidelidad, si no la sociedad en la que nos movemos y sus perjuicios.
Si le hago caso a mi amiga y a los perjuicios, me pierdo la oportunidad de tener sexo sin mi marido y con el marido de otra, que por cierto tiene cara de vicio total que eso pone que no te cuento.

Si hago caso de mi cuerpo... mañana llamaré.