lunes, 16 de septiembre de 2013

El lado erótico del olor

- Hace poco conocí a un chico que olía a romero. El olor de su piel embebida en ese perfume en el que predominaba algo tan agradablemente natural (y viril, diría) como el romero bajó todas mis defensas.Le pedí permiso para asomar mi nariz detrás de su oreja y no, no pude parar. Como no podía dejar de olerlo, el roce de mi nariz con su cuello derribó también sus barreras.


Elipsis (que ya todos sabemos lo que viene entre el roce del cuello y las preguntas por el cómo seguir, si acaso).

A partir de ese primer encenderse, la cosa irá como pueda ir o como tenga que ir: es posible que el olor que nos subyuga en un primer encuentro no alcance para sostener una relación, pero vaya si el olor es definitorio para desear a una persona. No hablo solo del deseo en abstracto, sino del literal retorcerse desde el bajo vientre de deseo, y desear con fuerzas volver a verle, y respirar con fuerza ese olor cuando nos reencontramos.

Cuentan las leyendas que, alguna vez, Napoleón le rogó, por carta, a Josefina: "Llegaré a París mañana por la noche. No te laves".

Qué duda cabe: nuestros olores son los más probados afrodisíacos. Y me atrevería a decir que para las mujeres son absolutamente insoslayables (para bien y para mal), quizá incluso más que para los hombres, siempre más 'visuales'.

¿Puede el olor de un hombre enamorar a una mujer? A mí, sí. Y no solo enamorar: por ejemplo, a mí el teatro me gusta particularmente porque le agrega olor a la historia, a las actuaciones, a las sensaciones más interiores... Me encanta olfatear todo lo que puedo en el teatro, sentir la humedad y el vapor de los actores o la áspera sequedad de los trajes antiguos, pesados

Volvamos a la atracción sexual: en una época podía clasificar mi deleite olfativo por la nacionalidad de la fuente. Y no sé con qué glándula primitiva tendrá que ver, con qué conexión de nuestra infancia o nuestra alimentación primera, pero desfallecía con los hombres de mi subcontinente desde su familiar olorcito a "allá". Por suerte, de tanto estar en el extranjero, he aprendido a disfrutar también con pieles que huelen radicalmente distinto a las viejas conocidas.

Acerca de las feromonas venimos leyendo cosas desde hace un buen tiempo, y todavía se hacen experimentos para dilucidar si de verdad pueden atraer "a distancia" a otro ser humano. Al parecer, se ha comprobado que con sus sudores en contacto directo con nuestras narices podemos elegir pareja sin cavilar y, como causa y como consecuencia, excitarnos.

La imagen que tenemos de nosotras mismas respirando a alguien que nos gusta es la del metal de cualquier escudo derritiéndose: lo rígido se disuelve, no hay huesos, ni dientes, ni mente, ni especulaciones, nos abrimos... ¿Será cierto que todo esto pueden provocarlo unas gotas que se producen alrededor de los pezones, en las axilas y en las ingles?

"En 1986, Winnifred Cutler, George Preti y sus colegas del Monell Chemical Senses Center, en Filadelfia, descubrieron una relación entre las mujeres, los hombres y los olores que les intrigó -cuenta la antropóloga Helen Fisher-. Diseñaron un experimento en el cual varones voluntarios usaron almohadillas debajo de los brazos durante varios días a la semana. De dichas almohadillas se extrajo luego una 'esencia viril'. La mezclaron con alcohol, la congelaron y la guardaron. Posteriormente, a las mujeres que iban a la clínica tres veces por semana les colocaban una gota de la sustancia entre el labio superior y la nariz. Las mujeres dijeron no sentir ningún olor más que el alcohol (...) Ciertas mujeres sometidas a la prueba presentaban ciclos menstruales irregulares (...). Sin embargo, tras 12 a 14 semanas de tratamiento, el ciclo menstrual de estas mujeres se volvió más regular (...) Esta posible relación entre la esencia viril y la salud reproductora femenina podría darnos una clave en el tema de la atracción".

"Las mujeres -continúa Fisher- perciben los olores mejor que los hombres. Son cien veces más sensibles al exaltolide, un compuesto muy parecido al almizcle sexual masculino (...) Al promediar el ciclo, durante la ovulación, las mujeres pueden reconocer el almizcle masculino con mayor nitidez aún (...) Sin embargo, el dato clave de los informes de Cutler y Preti es el descubrimiento de que las mujeres son afectadas por la esencia viril solamente si hay contacto directo con el cuerpo".

Nuestra antropóloga de cabecera explica y concluye: "El olor de él o de ella puede desencadenar reacciones físicas o psicológicas muy internas. Entre nuestros ojos, dentro del cráneo, en la base del cerebro, unos cinco millones de neuronas olfativas cuelgan del techo de cada cavidad nasal, banceándose al ritmo de las corrientes de aire que inhalamos. (...) están vinculadas al sistema límbico, un grupo de estructuras primitivas emplazadas en el centro del cerebro que gobiernan el miedo, la cólera, el odio, el éxtasis, la lujuria. A causa de estas conexiones cerebrales, los olores tienen la posibilidad de generar intentos sentimientos eróticos. El olor de una mujer o un hombre pueden también despertar un sinfín de recuerdos. El sistema límbico es asiento del centro de la memoria a largo plazo".

Me ha pasado con hombres y con ciudades a los que he dejado de ver una década, dos décadas, y luego los he reencontrado y mi cuerpo los ha reconocido (y se ha erotizado) a la primera inhalación.

En un ataque de fetichismo y de mucho echar de menos a alguien, he llegado a ir a los probadores de una perfumería a humedecerme con el perfume de un amor a miles de kilómetros de distancia. Claro que mi muñeca no era su cuello pero para la evocación alcanzaban esos efluvios artificiales (sus sudores los agregaba mi imaginación)... Como cuando no cambias la funda de la almohada donde dejó su olor, y vuelves a disfrutarlo, a solas, la noche siguiente... así está fijado el amor en las moléculas de su olor y ese es el mejor afrodisíaco para cada próximo encuentro. -

Por Anne Cé

miércoles, 14 de agosto de 2013

LAS 7 PALABRAS.....

Las 7 palabras…..



MUÉVETE

Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo.
Camina, sal de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas.



TOCA

Toca las partes que Amas de tu cuerpo. Besa .Acaricia a tu gato o tu perro un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.

ESCUCHA

Siéntate en silencio y observa cuanto hay allí para ser escuchado.
Escucha a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción. Escucha tu voz interna, esa que solo escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo en tu chimenea. Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que nunca es hablado.

SIENTE

El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu furia, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de verdad, no estás vivo.

CONFÍA

Tu sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición. Ten esto en cuenta: Finalmente, tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la forma de llegar allí. Si no confías completamente en ti, te conviertes en moho.

REÚNETE

Con los hombres y mujeres que quieres.
Toma un café una cerveza o lo que quieras acompañado de la gente con la que quieres estar en ese momento no pierdas el tiempo con gente que no aporta nada a tu vida.,camina en compañía , conversa y habla, lee en voz alta para otros. Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus historias son diferentes a las de los otros y a su vez son completamente parecidas. Cocina y come en compañía.

RECIBE

Por una vez, deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo.
Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida.



En resumen…. VIVE, SIENTE QUE ESTÁS VIVO, y que todo lo que te rodea tiene una energía especial que va acompañándote.

Todo lo que entra en tu vida es por alguna razón, no intentes averiguar porqué solo disfruta del momento, la vida es un segundo.





sábado, 18 de mayo de 2013

La razón... eterno dilema

"Los observo. Entran en la cafetería y piden dos cafés. Ella viste impecable silencio, traje de chaqueta y rostro sereno. Él, traje gris, maletín ejecutivo y ceño multifruncido. Habla sin parar mientras la mujer trata sin éxito de interrumpirle. Hasta que... las mejillas de ella se ponen coloradas, los ojos se desorbitan y una mano tropieza con el café que termina salpicando su falda. La discusión versa sobre cómo convencer al otro de su punto de vista sobre una situación. La escena se calienta. Las verdades "absolutas" desfilan por sus bocas. ¿Quién tiene la razón?

Joderrrrrrrrrrr con la razón. Ese oscuro objeto de deseo (rígido como el hierro e intangible como el aire), que todos queremos poseer, ¡cuánta infelicidad y desazón puede llegar a producir!
La razón es la piedra sobre la que muchos seres humanos edifican su valía. ¡Grave error! Ligada al triunfo, a la inteligencia y a la habilidad (entre otros muchos sustanciosos sustantivos), la razón, la maldita y obstinada razón, ha desencadenado desde espeluznantes guerras y holocaustos, hasta separaciones, enfermedades y muchos otros dolorosos etcéteras.
Sin embargo, todos quieren tenerla. ¿Por qué?
Quizá por su tufillo a poder. A ese irresistible halo de engañoso bienestar que provoca el sentirse superior a otro. Pero no nos equivoquemos, es una trampa mortal que nos aleja de conocer otras realidades tan o más "razonables" que la nuestra.

 ¿Vale la pena pelearse tanto por tener la razón?

Yo, hoy por hoy, entre razón o paz, me quedo con la última. ¿Será desinrazón?

lunes, 4 de marzo de 2013

Personas víricas

"Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”. Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.


¿Quiénes son las personas víricas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.

El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.

Víricos pasivos. En esta categoría incluyo a los victimistas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo. Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte. Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no les presta la atención de la que se creen merecedores. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.

Víricos caraduras. Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional. Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.

Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas. No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica. Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.

Víricos con mala idea. Manténgalos bien lejos. Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención. Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.

Víricos psicópatas. Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria."  de EPS

Como dijo una vez Steinbeck, “La tristeza del alma puede matarte mucho más rápido que una bacteria”

 

miércoles, 9 de enero de 2013

Conjuro

Escobita, escobita,


que cada año me ponga más bonita.



Sapo, sapito,

que este año me vaya mejorcito.



Caldero, calderito,

que me abunde el dinerito...



Si en 2013 de buena suerte quieres gozar,

7  brujas...  has de besar.