martes, 1 de noviembre de 2011

El árbol de los problemas

Un carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja caseta, acababa de finalizar su primer y duro día de trabajo. Su cortadora eléctrica se acabó estropeando, le hizo perder una hora de trabajo y despues, su vieja furgoneta se negó a arrancar.
 
Mientas lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa.
 
Después me acompaño hasta el coche.
 
Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que le había visto hacer un rato antes. "Oh, ese es mi árbos de problemas" dijo, "se que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas NO pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa.
Luego, a la mañana siguiente, los recojo otra vez. Lo divertido es (dijo sonriendo)que cuando salgo por la mañana de casa a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".
 
 
MORALEJA: Piensa en ello y harás feliz a los demás, y sobre todo, a tí mism@

5 comentarios:

MAMUMA dijo...

Me parece una gran idea dejar los problemas en la calle y no llevarlos a casa.

María Beatriz dijo...

¡Qué hermoso cuento!
Me parece que voy a plantar un árbol de problemas en el jardín de entrada de mi casa :)

Besos

Towanda dijo...

Una idea estupenda. Me gustaría muchísimo tener las semillas de ese árbol y poder plantarlo en la entrada de mi casa.
Había escuchado esta bonita historia hace muuuuuchos años y ahora al recordármela me has hecho creer de nuevo que es posible.
Un abrazo enorme.
Me quedo.

Luis Nieto del Valle dijo...

Es penoso que los demás paguen por el mal humor propio, sobre todo cuando no se trata de hechos aislados, porque siempre existe algún contratiempo. Hay un sabio dicho: "Si el problema no tiene solución que dependa de nosotros, para qué preocuparse; y si tiene solución, pues manos a la otra y para qué preocuparse".
Gracias por el cuento.
Un abrazo desde 'Poemas del volcán'

Anónimo dijo...

Solo percibimos una pequeña porción del mundo
que nos rodea ¿Por qué pensamos en la realidad?
Creo que algo aún peor...creemos en ella.
Es nuestra propia ignorancia lo que nos hace preocuparnos por la realidad.

Elcaminodelosarblesmuertos